jueves, 29 de diciembre de 2011

Conversar - Diálogos

"Solo cuando considero que el otro es prójimo, es sujeto, es semejante, es igual a mí, puede establecerse el diálogo. Porque entonces estaré dispuesto no solo a hablar, sino a escuchar y, lo que es más importantes, a hacer el esfuerzo de comprender." Pr. Salvador Delutri

Diálogo. Es una palabra que nos enseñan en el colegio desde muy temprano, pero, por lo menos en mi caso, comencé a usarla muuuuy tarde: recién cuando ya NO estaba en el colegio.

típico que le dicen a uno "en un diálogo hay emisor, receptor, mensaje y blablabla" (disculpen, pero realmente ya ni me acuerdo). De todos modos, lo central es lo que puse arriba: nos encargamos de ser emisores, y que los otros nos escuchen.... pero ¿qué hay de los que no pueden hablar, no porque no puedan realmente sino porque no los dejamos?

Todos tienen derecho a ser escuchados, todos tienen una historia que contar.

El punto es precisamente el expresado en la cita. Si no consideramos importante al otro, entonces no nos van a dar ganas de escucharlo. De este modo, el problema en no escuchar es muchas veces un problema de fondo. No digo que no hay situaciones en las que, por mero accidente o problemas de concentración realmente no escuchamos, sino que si nos ponemos a discutir de forma sana acerca de un tema y no tenemos la suficiente humildad para poder ponernos a pensar que la otra persona, primero es persona, lo cual implica que posee detrás suyo no solo un acervo diferente, sino una historia de base muy importante; luego que puede tener un punto de vista diferente legitimo y fundamentado, que puede cambiar la visión de otros abriéndola, y por último que puede tener toda la razón y nosotros ser los equivocados.

Muchas veces esta falta de escuchar termina desencadenando malos entendidos tan grandes que parejas se separan y amigos se enemistan, todo porque no se quiere dar paso a este diálogo. En otros casos no solo no se oye, sino que tampoco se da paso a transparentar lo que está detrás, lo que realmente se siente, y en otros casos, especialmente cuando se manifiestan emociones, la persona que expresa no puede hacerlo de la mejor manera... Es en este caso cuando el receptor, el que escucha, tiene que tomar un rol activo: asegurarse de que está comprendiendo lo que en realidad le quieren decir, y así, solo así, las cosas llegarán al mejor término. No digo que sea siempre bueno, pero será lo mejor.

Lo mismo pasa con Dios, a veces estamos tan preocupados de solo hablar que no somos capaces de escucharlo. Solo para que se queden con ESTE pensamiento: Dios también habla, depende de nosotros estar dispuestos a escucharlo, y esperar para oír lo que nos tiene que decir, pero eso es tema de otra entrada.

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