martes, 1 de noviembre de 2011

Juegos de La Vida

Hace un tiempo, luego de jugar un partido de fútbol, me di cuenta de lo malo que pueden ser muchas cosas.



 El trabajo en equipo es algo super importante: no vale la pena estar en un equipo si el equipo no trabaja como equipo (sí sé que puse equipo muchas veces, no me critiquen), valga la redundancia. Cada jugador no puede ir por su cuenta, y además debe ser capaz de suplir las falencias de los otros. De nada vale poder pasar a todos los jugadores del equipo contrario si, al final, no podemos dar un pase y finiquitar.

Cuando uno ve una falencia que no puede suplir, y lo dice, debe la otra persona estar ahí y llenar el vacío, y cuando a uno le toca estar en el otro lado, no puede quedarse parado a mirar (se pasaron varios goles, porque dije que marcaran a uno y no lo hicieron, típico).

Se debe aprender de los otros, ya que hay gente con más experiencia o técnica, o táctica que uno. Tenemos que realmente ser humildes para poder llegar a aprender y ser mejores, llegar más lejos.

Un líder, o una persona que toma un liderazgo, debe tomar responsabilidad de las decisiones que comunica a los demás

Por último, no podemos ser flojos y quedados: correr hasta la última gota, DAR EL FUAAAA!! como dirían algunos mexicanotes por ahí, y ponerse con los pies donde deben estar. Ser dedicados a lo que se hace...

Como se pueden dar cuenta, lo escribí corto y preciso: en otros días trataré los puntos con más detalle, y esto no solo aplica al fútbol, sino que a la vida diaria: estamos constantemente trabajando en equipos, ya sea para las alianzas del colegio, o en la empresa, e incluso la familia es un equipo. Tenemos que aprender a que funcionen

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